¿Qué significa para ti la palabra límite?
¿Cómo te suena esta palabra junto con la palabra respeto?
Las palabras tienen mucho más impacto en nuestras respuestas y en nuestra manera de comportarnos de lo que inicialmente podemos pensar.
En un primer vistazo, las palabras “límite” y “respeto” pueden parecer difícilmente compatibles, dependiendo del significado que le des a cada una de ellas.
Puede ser que el que te pongan límites, para ti sea un indicador de falta de libertad, mientras que ponerles límites a tus hijos signifique definir unas bases sobre las que asegurar que se respeta a los miembros de la familia.
También puede ocurrir que consideres que los límites sean necesarios para no traspasar una línea que puede invadir los derechos de otra persona, y sin embargo te cueste ponerles límites a tus hijos aun a riesgo de que invadan esa línea con otros e incluso contigo.
Dependiendo de si la palabra “límite” tiene una connotación positiva o negativa en ti, tendrás mayor o menor predisposición a marcar unos límites a tu hijo/a.
Actualmente hay como dos vertientes opuestas entre los que piensan que es necesario ponerles límites a nuestros hijos y los que no. Lo cierto es que todo padre y madre implicados en la educación de sus hijos les imponen determinados límites, bien sea como medida de control, de protección, o de prevención.
Desde mi punto de vista, definir unas normas a respetar supone sentar las bases de la relación que buscamos tener dentro de la familia, así como de la relación que pretendemos que nuestros hijos tengan también en el resto de los entornos en los que participan.
Las normas o límites que marcamos a nuestros hijos, tienen mucho que ver con los valores que tratamos de proyectar en ellos.
Nos guste más o menos, somos seres sociales y para que podamos vivir en armonía hay una serie de normas que es aconsejable que respetemos en nuestras relaciones. Nuestros hijos necesitan ir conociendo cuáles son estas normas y quién mejor que nosotros para enseñárselas de forma respetuosa.
Muchas de las discusiones o puntos de conflicto que tenemos con nuestros hijos, se deben a que consideramos que se han saltado alguna de las normas o límites que son importantes para nosotros. El punto de partida aquí está en que hay veces que nosotros sabemos cuáles son esas normas o límites y la repercusión de saltárselas, pero no se las hemos comunicado claramente a ellos.
Algunas de las reglas de oro para la buena definición de límites en la relación con nuestros hijos son las siguientes:
Te propongo un ejercicio:
Coge papel y boli y escribe